El bajo continuo (del it.: basso continuo) es una técnica de composición y ejecución propia y esencial del período barroco, que por ello suele ser denominado época del bajo continuo. Al emplear esta técnica, el compositor crea la voz de bajo pero no especifica el contrapunto o los acordes del ripieno, que deja a cargo del o los intérpretes. El bajo continuo puede contener "cifras" para guiar al ejecutante, origen del término bajo cifrado.
El bajo continuo es ejecutado por uno o varios instrumentos, típicamente un instrumento armónico (es decir, capaz de producir acordes o polifonía) como los instrumentos de teclado (clavecín, órgano) u otros como el arpa y el laúd, con la voz de bajo simultáneamente a cargo de un instrumento de tesitura grave como el violoncello o la viola da gamba.
Esta técnica llegó a su pleno desarrollo en el barroco, donde fue utilizado por los principales compositores como Bach, Händel o Vivaldi. En ese periodo alcanzó un grado de madurez excepcional, trasladándose al dominio de la música de cámara y de orquesta. Perdió importancia con la llegada del clasicismo.
En el área de archivos de la asignatura (en la barra lateral) podemos encontrar los bajos que trabajamos en clase.
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